Para María José Ruiz, de 42 años, perder su empleo como dependienta significó no solo un golpe emocional, sino el reto de mantener servicios esenciales como el internet y el móvil con el mínimo de recursos. Con una factura mensual de 75€ entre ambos servicios, necesitaba encontrar urgentemente una forma de ganar dinero online para no quedarse incomunicada.
Durante su búsqueda de empleo, María José descubrió las encuestas pagadas como una posible solución temporal. «Al principio pensaba que era una estafa, pero después de investigar y leer testimonios reales, decidí intentarlo», explica esta luchadora que se registró en diversas plataformas de encuestas.
Su rutina diaria consistía en dedicar 3-4 horas a completar encuestas online sobre productos de consumo, servicios financieros y hábitos digitales. «Trataba las encuestas remuneradas como si fuera mi trabajo temporal. Me levantaba temprano y dedicaba la mañana a las encuestas antes de seguir buscando empleo», relata María José.
En su primer mes, logró generar exactamente 78€ con encuestas pagadas, ligeramente por encima de lo necesario para cubrir sus facturas de comunicaciones. «Ver que podía mantener mi conexión a internet y mi móvil activos gracias a las encuestas online me dio esperanza y tranquilidad durante una época muy difícil», comenta emocionada.
Durante seis meses consecutivos, María José logró cubrir completamente sus facturas de telecomunicaciones utilizando exclusivamente ingresos extra de encuestas remuneradas, acumulando un total de 465€. Aunque finalmente encontró un nuevo empleo, continúa utilizando las encuestas pagadas como fuente de ingresos complementarios.
La experiencia de María José demuestra que las encuestas remuneradas pueden ser una herramienta valiosa para personas en situación de desempleo que necesitan mantener servicios esenciales mientras buscan nuevas oportunidades laborales.
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