Sandra llevaba más de ocho años trabajando como voluntaria en una ONG dedicada a la inserción social de personas en riesgo de exclusión. Su labor era vocacional, apasionada, transformadora… pero económicamente insostenible. Cobraba un salario mínimo por media jornada que apenas le alcanzaba para cubrir gastos básicos. Quería seguir ayudando, pero necesitaba ingresos adicionales sin renunciar a su misión social. Fue entonces cuando descubrió las encuestas pagadas, una herramienta que cambió su vida profesional y personal.
En este artículo te cuento la historia real de Sandra, cómo pasó de voluntaria con dificultades económicas a emprendedora digital que factura ingresos complementarios desde casa, sin abandonar su compromiso social. Además, comparto sus trucos, rutina diaria y consejos para otras personas del tercer sector que buscan alternativas de ingresos.
El Punto de Inflexión: Cuando el Amor por el Trabajo Social No Basta
Sandra trabaja en Barcelona, en una asociación que acompaña a mujeres víctimas de violencia de género. Su jornada laboral oficial era de cuatro horas diarias, pero la realidad es que dedicaba muchas más: llamadas fuera de horario, gestión de emergencias, acompañamientos a hospitales o juzgados.
«Llegaba a fin de mes haciendo verdaderos malabares», reconoce Sandra. «Vivía con mi pareja, que también tenía un sueldo modesto, y a duras penas podíamos ahorrar. Cualquier imprevisto nos descuadraba el presupuesto».
El momento decisivo llegó cuando Sandra quiso inscribirse en un máster de intervención social que costaba 1.200 euros. Necesitaba esa formación para crecer profesionalmente, pero no tenía manera de pagarla. «Ahí me di cuenta de que necesitaba encontrar una forma de generar ingresos extra que no interfiriera con mi trabajo en la ONG».
El Descubrimiento de las Encuestas Pagadas
Buscando en internet «trabajos desde casa», Sandra encontró información sobre las encuestas pagadas. Al principio fue escéptica. «Pensé que sería una estafa o que ganaría cantidades ridículas. Pero decidí investigar a fondo y probar».
Se registró en varias plataformas serias de encuestas remuneradas: Toluna, Survimo, MySurvey, OpinionWorld y Branded Surveys. Dedicó sus primeros días a completar sus perfiles detalladamente, entendiendo que cuanto más completa fuera su información demográfica, más encuestas recibiría.
«La primera semana gané apenas 8 euros», recuerda Sandra. «Pero yo venía de ganar cero euros en mi tiempo libre, así que esos 8 euros me parecieron un logro».
La Curva de Aprendizaje: De Principiante a Estratega
Con el tiempo, Sandra fue optimizando su estrategia. Identificó qué plataformas le ofrecían mejor remuneración por tiempo invertido, en qué momentos del día salían más encuestas, y cómo responder de manera consistente para evitar ser descalificada a mitad de cuestionario.
«Aprendí que la clave no está en hacer mil encuestas mal, sino en hacer las adecuadas bien», explica. «Me especialicé en temas relacionados con políticas sociales, sanidad y educación, donde mi experiencia como trabajadora social me daba ventaja».
En tres meses, Sandra consiguió generar entre 150 y 200 euros mensuales con las encuestas pagadas. No era una fortuna, pero sí un complemento significativo que le permitió pagar el máster a plazos y empezar a tener un pequeño colchón de ahorro.
La Rutina Diaria de Sandra: Cómo Organiza su Tiempo
Una de las preguntas que más le hacen a Sandra es cómo encuentra tiempo para hacer encuestas sin que afecte a su trabajo en la ONG. Su respuesta es clara: organización y aprovechamiento de tiempos muertos.
Esta es su rutina típica:
7:00 – 7:30: Mientras desayuna, revisa las notificaciones de nuevas encuestas en su móvil y completa alguna rápida (5-10 minutos).
8:00 – 12:00: Trabajo en la ONG. Cero distracciones con encuestas durante este tiempo.
12:30 – 13:00: En el transporte de vuelta a casa o durante la comida, completa encuestas desde el móvil (otras 2-3 encuestas).
17:00 – 18:30: Dedica una hora y media específica, tres días por semana, a completar encuestas más largas desde el ordenador, que suelen estar mejor pagadas.
Fines de semana: Dedica entre una y dos horas el sábado o domingo a revisar oportunidades, canjear puntos y planificar la semana siguiente.
«El secreto es la constancia sin obsesión», dice Sandra. «No se trata de estar todo el día pegada al móvil, sino de aprovechar esos momentos en los que antes scrolleaba sin sentido en redes sociales».
El Impacto Social: Más Allá del Dinero
Pero la historia de Sandra no termina en los ingresos extra. Con el tiempo, descubrió que las encuestas pagadas tenían un valor añadido para su trabajo social.
«Muchas encuestas trataban sobre percepción de políticas públicas, servicios sociales, sanidad… temas directamente relacionados con mi día a día en la ONG», cuenta. «Participé en estudios sobre violencia de género, políticas de igualdad, inclusión social. Sentía que mi opinión, como profesional del sector, podía influir en decisiones importantes».
Sandra comenzó a ver las encuestas pagadas no solo como una fuente de ingresos, sino como una herramienta de incidencia política. «Es una forma de que nuestra voz, la de quienes trabajamos en primera línea con las personas más vulnerables, llegue a empresas, instituciones y organismos que toman decisiones».
De las Encuestas al Emprendimiento Digital
El éxito con las encuestas pagadas abrió la mente de Sandra a otras posibilidades del mundo digital. Con los primeros ahorros que consiguió, se formó en marketing digital y redes sociales. Creó un blog sobre trabajo social e intervención comunitaria, donde comparte recursos, reflexiones y herramientas para otros profesionales del sector.
Actualmente, Sandra ha monetizado su blog a través de publicidad, colaboraciones con editoriales especializadas en temática social, y consultorías online para entidades del tercer sector que quieren mejorar su presencia digital.
«Las encuestas pagadas fueron mi puerta de entrada al mundo digital», reflexiona. «Me demostraron que era posible generar ingresos desde casa, con flexibilidad horaria, sin dejar mi trabajo vocacional. Y eso me dio confianza para explorar otras vías».
Consejos de Sandra para Voluntarios y Trabajadores del Tercer Sector
Después de dos años de experiencia, Sandra comparte estos consejos con otras personas que, como ella, quieren complementar sus ingresos sin abandonar su compromiso social:
- Empieza con expectativas realistas: No vas a hacerte rica con encuestas pagadas, pero sí puedes generar un complemento digno (entre 100-300 euros mensuales con dedicación constante).
- Regístrate en varias plataformas: No dependas de una sola. Sandra recomienda estar en al menos 5-6 plataformas serias para tener flujo constante de oportunidades.
- Completa bien tu perfil: Cuanta más información proporciones sobre tu perfil demográfico, laboral y de intereses, más encuestas acordes recibirás.
- Sé consistente pero no obsesiva: Dedica tiempo específico cada día o semana, pero no dejes que las encuestas invadan todo tu tiempo libre.
- Aprovecha tu experiencia profesional: Tu conocimiento del sector social es valioso. Busca encuestas relacionadas con políticas sociales, sanidad, educación, donde tu visión como profesional puede ser especialmente valorada.
- Usa el móvil estrategicamente: Muchas encuestas pueden completarse desde el smartphone en tiempos muertos: transporte, esperas, pausas.
- Canjea regularmente: No acumules puntos indefinidamente. Canjea regularmente para mantener la motivación y ver resultados tangibles.
- Ve más allá: Una vez domines las encuestas, explora otras opciones digitales: freelancing, creación de contenido, consultoría online en tu área de experiencia.
Reflexiones Finales: La Digitalización como Aliada del Tercer Sector
La historia de Sandra es inspiradora porque rompe con el falso dilema entre vocación social y estabilidad económica. No tienes que elegir entre hacer el bien y vivir dignamente. Las herramientas digitales, incluidas las encuestas pagadas, ofrecen alternativas para quienes quieren mantener su compromiso social sin sacrificar su bienestar económico.
«Yo sigo siendo voluntaria y trabajadora social», concluye Sandra. «Pero ahora tengo ingresos complementarios que me dan tranquilidad, me permiten formarme y, sobre todo, me han abierto un mundo de posibilidades que antes creía inalcanzables para alguien como yo».
Si trabajas en el tercer sector, eres voluntaria/o, o tienes vocación social pero dificultades económicas, la historia de Sandra te demuestra que existen caminos. Las encuestas pagadas pueden ser tu primer paso hacia una mayor libertad financiera sin renunciar a tus valores.
¿Te animas a probarlo?
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